Introducción al país

Nepal está ubicado entre China e India, y es realmente el hogar de los Himalayas y la montaña más alta del mundo, el Monte Everest. Es un país muy fiel a sus raíces y costumbres. En sus tierras convergen el hinduismo y el budismo Tibetano, mezclándose en cada templo, ceremonia y festividad. La agricultura es la principal fuente de sustento para la mayoría de la población, y el turismo es una importante fuente de ingresos para el país. La capital de Nepal es Katmandú, que es el centro político, económico y cultural del país.

Geografía


Nepal es un país sin salida al mar ubicado en el sur de Asia, limita al sur y al oeste con India y al norte con China. El país tiene un paisaje diverso, que va desde los picos nevados del Himalaya hasta los frondosos bosques de la región de Terai.

Los Himalayas forman la frontera norte de Nepal, y el pico más alto del mundo, el Monte Everest, se encuentra en la frontera entre Nepal y el Tíbet. Los Himalayas albergan varios otros picos altos, incluidos Annapurna, Dhaulagiri y Manaslu, todos los cuales son destinos populares de senderismo y montañismo.

La parte media de Nepal se compone de varias cadenas montañosas y valles, incluido el valle de Katmandú, que es la capital del país. El valle de Katmandú es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y alberga varios templos, santuarios y palacios antiguos que reflejan el rico patrimonio cultural del país.

La parte sur de Nepal es la región de Terai, que es un área de tierras bajas que limita con la India. El Terai se caracteriza por exuberantes bosques, praderas y humedales, y alberga varios parques nacionales y reservas de vida silvestre. La región también es el hogar de varios grupos étnicos, incluidos los tharu, que han desarrollado tradiciones y prácticas culturales únicas.

En general, la geografía diversa de Nepal ha contribuido a su rica herencia cultural y su identidad única. Los visitantes de Nepal pueden experimentar una amplia gama de paisajes y culturas, desde los picos nevados del Himalaya hasta las bulliciosas calles de Katmandú, lo que lo convierte en un destino verdaderamente inolvidable.